Tanto el cuidado del medioambiente y la preservación de la abeja, son temas que exigen acciones urgentes. De manera, que la preservación de esta última, es indispensable para alcanzar la seguridad alimentaria y con ello los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, establecida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ya que sin abejas no hay alimentos.

La abeja es un polinizador que puede llegar a visitar cerca de 7 mil flores al día, en nuestro país se reconocen al menos 46 especies, de las cuales, 16 habitan en la Península de Yucatán. La abeja melipona, mejor conocida como la “abeja de los mayas”, es una especie endémica en peligro de extinción, debido al cambio climático, la tala inmoderada de la selva yucateca, el ataque de abejas apis, entre otras cosas.

Educampo, Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural A.C., introdujo la meliponicultura como parte de un proyecto productivo en los estados de Yucatán y Campeche, al evaluar su factibilidad y realizarlo con mujeres, con gran parte de ellas mayas. Así, se preserva el cuidado del medio ambiente, el de la abeja melipona, los procesos de desarrollo humano en mujeres beneficiarias y se atiende el desarrollo regional.

El 22% de los meliponicultores son mujeres, y el trabajo, consiste en abrir la brecha para que ellas se inserten en el desarrollo de sus comunidades. Así, nuestras beneficiarias con la formación y acompañamiento han logrado:

• El uso responsable de los recursos naturales y protección del equilibrio ecológico de la selva de Yucatán.

• Preservar a la abeja melipona (sin aguijón), esencial para la reproducción de la selva, con especial atención en la instrucción técnica sobre el crecimiento y la cosecha.

• Resguardar y promover la cultura maya.

• Ofrecer productos de calidad, hechos en México.

• Trabajar de manera organizada y consolidar los procesos productivos, para obtener mejores ingresos para sus familias.

Es un hecho, que aún falta visibilizar que la abeja melipona está en peligro de extinción, así como su importancia para el medioambiente y que rescatar a este polinizador, es posible a través de programas como el nuestro en “Pro de la Mujer”, que beneficie de manera paralela a las mujeres, a sus familias y las comunidades.