La ciencia ha permitido desarrollar y perfeccionar productos que permitan evitar algunas amenazas de nuestro entorno. Por lo que con cada nuevo producto significa, que detrás del mismo hay un trabajo de laboratorio como de campo, en los que se invierten millones de dólares por año.”

Por Melissa Oneil

Morrone Bio.

Fuente: Strawberries and Vegetables.

Los bioplaguicidas están diseñados a base de microorganismos naturales, extractos de plantas u otros materiales, que están regulados por la División de Bioplaguicidas de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA). Los bioplaguicidas, se han empleado de forma segura por más de 63 años, los cuales, están sujetos a una regulación reducida en comparación con los pesticidas químicos convencionales. Y se pueden desarrollar a partir de extractos de plantas o microorganismos entomopatógenos.

El ingrediente activo en los pesticidas microbianos, consiste en un microorganismo ya sea en forma de bacteria, hongo, nematodo, protozoo o un virus. Es conocido que los microbios, son capaces de ayudar en el manejo de diversos tipos de plagas, cada uno de ellos puede ser relativamente específico para una plaga o un grupo de plagas objetivo.

Los pesticidas bioquímicos tienen sustancias de origen natural, que funcionan al proporcionar control de plagas por medio de mecanismos no tóxicos. Estos pueden funcionar al interrumpir o interferir con el apareamiento, que en el caso de las feromonas sexuales de insectos o varios extractos de plantas, sirven como atrayentes de insectos utilizados como trampas. Que a diferencia de los pesticidas convencionales, están hechos por lo general de materiales sintéticos que matan o inactivan directamente a la plaga.

Desarrollo de biopesticidas

Generalmente se obtienen muestras de microorganismos o artrópodos infectados de los entornos naturales, estos, se llevan a un laboratorio y se colocan en placas, donde se forman varias colonias a partir de las muestras recolectadas. Las colonias individuales de interés pueden seleccionarse, suspenderse y examinarse para detectar la actividad pesticida durante bioensayos de laboratorio. En parte del proceso de bioensayo de laboratorio, los investigadores examinan los candidatos frente a una serie de objetivos potenciales, que pueden variar ampliamente, dependiendo de los objetivos institucionales y la disponibilidad.

La tarea inicial decisiva es la identificación y caracterización de compuestos plaguicidas, provenientes de plantas o microbios recolectados en entornos naturales. Este proceso, implica el aislamiento y la eliminación de cualquier compuesto que tenga participaciones potenciales para la salud humana o que pueda afectar de manera negativa a los organismos no objetivos. Además, se desarrollan ensayos analíticos, basados en química bioactiva, que garantiza el control de calidad en los procesos de fabricación.

Algunos de estos pasos se involucran con el desarrollo de productos y procesos. En primera, las formulaciones fáciles de usar, se desarrollan en laboratorios como instalaciones piloto y de fabricación. Luego de esto, se realizan estudios de campo, para recopilar datos de las presentaciones regulatorias que respaldan el registro de los productos.

Proceso de registro de bioplaguicidas

Se ha construido un comité dentro de EPA, ya que continuamente es difícil determinar si una sustancia cumple con los criterios para su clasificación como plaguicida bioquímico. La División de Prevención de la Contaminación por Bioplaguicidas (BPPD) de la EPA, está encargada de revisar los datos necesarios para el registro. Entre los requisitos para el registro se encuentran: estudios agudos con base en pruebas orales, inhalatorias, intravenosas y dérmicas, además de estudios de ojos y piel en roedores. BPPD exige una revisión de la química del producto que incluya un análisis de 5 lotes. Las investigaciones de microbiología y control de calidad, aseguran que el material esté libre de patógenos humanos, en el que se determinan los efectos ecológicos, incluido el impacto de aves no objetivo, peces, Daphnia, abejas melíferas, crisopas, mariquitas y avispas parasitas. El proceso de revisión va más allá durante la revisión de especies en peligro de extinción. Al final se toca el tema de la Exención de Tolerancia Petición para el Uso de Alimentos. Además de los datos de eficacia, de los temas mencionados, al momento de registrar un nuevo plaguicida en California.

Los plaguicidas químicos a partir de fuentes naturales como la Abamectina, son un insecticida/acaricida, interfiere con la neurotransmisión; el Tebufenozide previene el crecimiento de insectos que interfiere con las hormonas de muda de insectos. Las espinosinas son sustancias tóxicas que alteran los neurotransmisores en organismos tanto objetivo como no objetivo. Azoxystrobin, es un material sintético que interrumpe las reacciones energéticas que implican la síntesis de ATP. Las piretrinas, son materiales naturales derivados de las flores del crisantemo y actúan como venenos del nervio de contacto.

En las siguientes tablas veremos algunos bioplaguicidas comerciales que actualmente están registrados en E.U.A., así como en otros países para controlar insectos, ácaros, hongos patógenos de plantas y nematodos fitoparásitos.

insecticida acaricida

 

extracto de plantas

 

insecticida microbiano

 

fungicida bionematicida

 

 

 

 

 

 

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